La Vanguardia digital / El río Ter, uno de los últimos enclaves de Catalunya del amenazado galápago europeo

26/05/2017

- Liberan 40 ejemplares de este tipo de tortuga para recuperar la especie - En tres años, el proyecto habrá incorporado a 160 tortugas a la cuenca fluvial

ARIADNA OLLER MITJANAS, Flaçà

26/05/2017 16:58 | Actualizado a 27/05/2017 08:55

La recuperación de la población original de galápago europeo (Emys orbicularis) en el río Ter es uno de los objetivos del proyecto LIFE Potamo Fauna, que trabaja para la conservación del medio ambiente en las cuencas del Ter, Fluvià y Muga.

La zona del Baix Ter es uno de los últimos enclaves de Catalunya con presencia del galápago europeo, pero pese a ello, su población había disminuido considerablemente por la entrada de especies invasoras en el río, como tortugas exóticas. Por este motivo, desde LIFE Potamo Fauna, se inició un proyecto en 2015 para liberar un total de 150 ejemplares de tortuga en un plazo de tres años.

Este 2017, en último año de proyecto, se liberarán un total de 40 tortugas, y el proceso comenzó este viernes en la zona de Flaçà y Sobrànigues (Gironès), donde técnicos del proyecto aprovecharon la ocasión para dar una pequeña clase a un grupo de alumnos de escuelas de Flaçà, Sant Jordi Desvalls y Vilopriu (Baix Empordà). Durante esta actividad pudieron ver cómo los galápagos europeos entraban al río y comenzaban la exploración de su nuevo hábitat.

En 2015, los ejemplares liberados fueron 70, mientras que el año pasado se incorporaron 50 más a la conca fluvial. Finalmente, con las de este 2017 se llegará a un total de 160 galápagos europeos liberados en tres años, superando el objetivo inicial del proyecto. Los ejemplares cuentan con un chip subcutáneo que ha permitido a los técnicos comprobar que todas las tortugas han sobrevivido a su reincorporación al mundo salvaje.

Seguimiento de varias tortugas

Además del chip que permite identificar a cada tortuga, cada año a algunas se les ha instalado un dispositivo de radioseguimiento -32 en los dos años anteriores, y 4 en el 2017- con el que es posible conseguir una información más detallada sobre la adaptación del galápago europeo al hábitat y su supervivencia.

El dispositivo, que actúa como antena, está pegado a la concha de las tortugas con un producto que, en un plazo de un año, se desprende de los animales. Esto permite que una vez comprobada su completa incorporación al entorno del río, sigan con su vida sin más interrupciones.

Carles Feo, técnico del proyecto y miembro del Consorci del Pla de l’Estany, ha explicado que las acciones de los años anteriores les han permitido descubrir qué zonas gustan más al galápago europeo y son las que se han elegido para este 2017. Concretamente, se trata de Bescanó y la zona entre Sobrànigues Foixà, donde se realizó la incorporación del viernes. “Son una especie gregaria”, explica el técnico, que destaca que aunque algunos ejemplares se liberen a cierta distancia, la comunidad de tortugas acaba agrupándose en esas dos zonas.

Centro de cría

Los galápagos europeos han sido criados en cautividad en el Centro de Reproducción de Tortugas de l’Albera, en Garriguella (Alt Empordà), que renovó y amplió sus instalaciones en verano de 2014 para poder mejorar su programa de cría en cautividad, gracias a una inversión del proyecto de LIFE Potamo Fauna.

Las tortugas liberadas son ejemplares juveniles, que todavía no están en fase de reproducción, así que, de momento, no se ha podido observar el nacimiento de una nueva generación en la zona. Sin embargo, Carles Feo explica que en un proyecto similar que se realizó en Banyoles en 2011, sí que han comenzado a observar puesta de huevos y esperan que en el Ter se consiga dentro de “uno o dos años”.

Plan de continuidad

La liberación de este 2017 pone fin al proyecto, que ahora sólo consistirá en el seguimiento a los ejemplares. No obstante, desde el Consorci del Ter han asegurado que buscarán financiación para hacer un plan de continuidad y seguir liberando tortugas en los próximos años.

En este sentido, destacan que el centro de Garriguella tiene cada año un excedente de ejemplares que se reparten entre varias zonas, y esperan poder continuar trabajando para conservar la población de galápago europeo en el río Ter.

Noticia original: La Vanguardia digital

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