ARTÍCULO / "Conservación de las náyades en las cuencas de los ríos Ter y Fluvià"

Náyades de 3 años de edad liberadas con una marca en los riegos del lago de Banyoles. Foto: Consorci de l'Estany
Náyade filtrando agua, enterrada en su ambiente natural en el río Ser. Foto: Consorci de l'Estany
01/12/2014

Las náyades son moluscos de agua dulce que viven semienterradas en el fondo de ríos, riegos y estanques. Son organismos filtradores que se alimentan de la materia en suspensión, por lo que son muy sensibles a las variaciones de la calidad del agua, actuando como especies indicadoras del estado ecológico. De hecho, las náyades en la mitología griega son unas ninfas o hadas que viven en el agua y la cuidan. Tienen un ciclo biológico singular, ya que las larvas de náyade se tienen que enganchar en las branquias de un pez hospedador para parasitarlo durante unos días hasta madurar, caer e iniciar su vida en el sedimento.

En las cuencas de los ríos Ter y Fluvià se han descrito hasta 5 especies diferentes de náyades autóctonas, Unio mancus, U. ravoisieri, Potomida littoralis, Anodonta cygnea y A. anatina, y todas presentan poblaciones en regresión o en peligro de desaparecer. Las principales amenazas son la reducción del caudal de los ríos, la alteración de la dinámica fluvial, la destrucción de los márgenes y del bosque de ribera, la pérdida de calidad del agua, la disminución de especies de peces autóctonos y la aparición de especies exóticas de peces y de náyades.

El proyecto LIFE Potamo Fauna tiene como objetivo recuperar las poblaciones de las náyades U. ravosieri y U. mancus de los ríos Ter y Fluvià, englobadas en las directivas europeas de conservación de la fauna debajo el nombre de Unio elongatulus. La principal actuación es la cría en cautividad de las dos especies y la repoblación del medio natural. Se han detectado poblaciones aisladas en algunos tramos del río Ser, Brugent, Llémena y Fluvià, así como en el Lago de Banyoles, a menudo con densidades bajas. El proyecto prevé la creación de nuevos núcleos poblacionales en tramos de ríos que presenten la calidad ecológica necesaria para su buen establecimiento. Este año se han producido más de 130.000 juveniles de las dos especies utilizando como a pez hospedador el barbo de montaña (Barbus meridionalis) en el laboratorio de cría gestionado por el Consorci de l’Estany, situado en el Lago de Banyoles. Actualmente están en fase de supervivencia y engorde, y no serán liberados en el medio hasta alcanzar un tamaño superior a los 2 cm., para evitar su depredación y garantizar el éxito de la repoblación.

 

Autor: Carles Feo, técnico del LIFE Potamo Fauna

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